El Hogar Cristiano Siervos y Señores



El Hogar Cristiano
Siervos y Señores

R K Campbell

1950

Como ya hemos considerado las relaciones entre esposo y esposa, entre padre, madre e hijos en el hogar cristiano, resta hacer lo propio con la relación que existe entre siervos y señores, pero como ella no se encuentra en lodo hogar, sólo la consideraremos brevemente. Sin embargo. no es una relación de menor importancia, puesto que debe ser mantenida para gloria de Dios, en conformidad con lodo lo que el hogar cristiano representa.

Siervos

"Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo alojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" (Colosenses 3:22-24).

Aquí el siervo es llevado a mirar al Señor como Aquel a quien debe prestar su servicio, quien también recompensará todo servicio fiel. Así que lo que puede quizás parecer una tarea nimia y humilde será elevada de su nivel común a la eminencia que implica servir al Señor Jesucristo.

El siervo, cuyos ojos son dirigidos de este modo al Señor, ha de recordar también, y por sobre todo, que el Señor Jesucristo es su modelo y dechado en su obra como siervo. Él mismo vino a ser el Siervo perfecto, quien se anonadó a sí mismo "tomando forma de siervo" (Filipenses 2:7), no viniendo "para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:45). El siervo cristiano debe entonces aprender diariamente de Él a fin de desempeñarse para gloria de Dios. El evangelio de Marcos enfoca, de un modo especial, al Señor Jesucristo como Siervo, de modo que el estudio de ese evangelio debe ser de mucho interés y provecho para todo siervo cristiano, lo cual, en un sentido amplio debemos serlo todos para nuestro Señor y Maestro.

"Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador" (Tito 2:9, 10).

Obediencia, sujeción y fidelidad son los requisitos que debe llenar un buen siervo y a satisfacer los cuales el apóstol exhorta aquí. Éstos fueron hallados con perfección en Cristo, el Siervo perfecto. El siervo cristiano ha de embellecer, mediante su conducta y su servicio, la doctrina de Dios que él profesa. Por medio de una vida fiel y un servicio diligente, dará expresión práctica y visible a la doctrina o enseñanzas de su Salvador. Tal comportamiento es más fácilmente entendible y habla más poderosamente que la enseñanza más grande. Así un siervo fiel puede dar en su humilde esfera un testimonio tan efectivo acerca de su Salvador como el que da el predicador más elocuente. ''Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina'. Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio" (Timoteo 6: 1, 2).

Los siervos que tienen amos incrédulos han de honrarlos y no sentirse superiores a ellos, a fin de que así el Nombre de Dios y la doctrina no sean blasfemados por sus amos inconversos. Por su parte, aquellos que tienen amos creyentes no deben adoptar un aire familiar de igualdad con ellos y honrarles menos. Antes bien, les servirán con sumisión y les honrarán mucho más como fieles y amados hermanos. Nuestra posición en la Iglesia de Dios no ha de ser confundida con nuestra posición en el mundo y nuestras condiciones de vida. En la Iglesia de Dios todos son hermanos, miembros los unos de los otros, mientras que en el mundo hay distintos niveles sociales que deben guardarse con toda propiedad.

Amos

"Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos" (Colosenses 4: 1). Los amos cristianos deben recordar siempre que tienen un Amo en el cielo ante quien son responsables por su desempeño como amos y que deben actuar con sus siervos así como su Amo celestial actúa con ellos. El sentido de Su señorío debe estar siempre delante de la conciencia, a fin de que el corazón reconozca diariamente Su bondad, gracia y benignidad. Nuestro Amo celestial no es duro y austero y el amo cristiano no debe caracterizarse por esos rasgos. Debe reflejar el carácter de su Amo celestial -quien es luz y amor- y tratar con sus siervos con toda justicia y bondad, dándoles lo que es justo y ecuánime. La luz del cielo estará en su hogar y será un candelero que "alumbra a todos los que están en casa" (Mateo 5:15).

En Efesios 6:9 los amos son exhortados a dejar las amenazas. Si bien esto tenía especial actualidad en los días de la esclavitud. también contiene una enseñanza para los patronos en los días de libertad en que vivimos. Amenazas o lenguaje áspero cuadran mal a un hijo de un Amo benigno, amante, justo, celestial. Si el ojo del amo terrenal está siempre mirando a lo alto, a su Amo en el cielo, la voz de bondad y justicia sera siempre oída por sus siervos.

¡Qué bello cuadro se nos ofrece en Rut 2:4 acerca de la feliz relación existente entre el amo, Booz, y sus siervos, los segadores. Cuando llega a su campo, Booz saluda a sus siervos con las palabras: "Jehová sea con vosotros", y ellos responden: "Jehová te bendiga". Booz es un bello tipo de Cristo, nuestro Pariente, Redentor y Señor (o Amo). La pequeña epístola de Filemón es también altamente instructiva para los amos, pues les muestra cómo el espíritu de Cristo debe gobernar su conducta para con aquellos que eran aun siervos inútiles. Los amos no sólo deben pensar en cuánta ganancia deben recibir de sus siervos, sino también procurar el amor de sus corazones. A un amo cristiano se le preguntó cierta vez cuántos corazones tenía a su servicio. La rareza de la frase revela cuán poco se piensa en ello, mientras que se habla corrientemente de un amo «empleando tantos brazos ».